En España hay más de 4.000 municipios que están en venta. Es decir, que una parte importante de su casco urbano está a la venta o en busca de un inversor que pueda revivir la localidad y volver a atraer a la gente. Y es que esto no es más que un síntoma del importante problema demográfico que vive el país. Prácticamente la mitad de los 8.125 municipios que hay en España están en peligro de extinción, de los cuales casi un 20% tienen menos de 100 habitantes.
Son muchas las iniciativas, tanto privadas como públicas, que se están llevando a cabo para revivir este tipo de pueblos. En localidades como Barahona decidieron readoquinar y construir una plaza grande, con la idea de fidelizar a las más de 8.000 personas que viajan al pueblo durante los meses de verano. Sin embargo, con un presupuesto ajustado, siguen resaltando la necesidad de un “mecenas” que quiera aprovechar las oportunidades de negocio que se dan en la localidad. Muchos alcaldes confiesan que preferirían que fueran familias quienes repoblaran las localidades, aunque entienden que la caída del sector agrícola lleva a muchos jóvenes a marcharse a la ciudad. Sin embargo, municipios como Vilademuls todavía cuentan con importantes activos como sus paisajes, y, sobre todo, su localización privilegiada, a menos de 20 kilómetros de la Costa Brava.
Por eso, a pesar de todo, los empleados municipales reciben visitas de posibles inversores que desean evaluar las posibilidades de negocio de estos municipios. El turismo rural, el esquí en invierno o las rutas de senderismo durante el verano son actividades que podrían traer de nuevo la vida al pueblo. Pero todavía existen trabas que van desde espacios protegidos por pertenecer a reservas naturales o parques nacionales. Y todo ello sin tener en cuenta el propio estado de los edificios e infraestructuras, muchas de ellas en estado ruinoso o que incumplen la legislación.
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