Así lo anunciaba ayer en el congreso de los diputados el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal. Durante la sesión de la comisión de energía, el titular del ministerio reconoció que, debido a la falta de lluvia y viento, la factura de la luz se encarecería en 76 euros por consumidor en comparación con el año 2016. Esta cantidad se traduce en una subida del 10% en el recibo de la luz, que hoy sigue siendo uno de los más caros de toda Europa.
Nadal anunció durante su comparecencia que el ministerio está trabajando en un real decreto para evitar que las empresas cierren plantas energéticas en función únicamente de los altibajos del mercado. Desde el ministerio considera que la apertura o cierre de plantas no ha de ser solo una decisión empresarial, sino también política. Y es que la producción hidroeléctrica de 2017 es la mitad que el año anterior, mientras que la de carbón ya llega hasta el 18%. La decisión de algunas grandes empresas de cerrar plantas de carbón en este contexto ha contribuido a reforzar los argumentos del ministerio.
Por todo esto, el ministro reconoció que ya se está valorando qué plantas energéticas cumplen las condiciones para realizar el cierre de una forma ordenada y que cumpla con los objetivos de seguridad de suministro, climáticos y rentabilidad. El procedimiento, dice, consistirá en que, si una planta se quiere cerrar, pero se considera necesaria por cuestiones de seguridad de suministro, medioambientales o de precio, lo que se hará es realizar una subasta. Si la planta finalmente encuentra comprador, se considerará que esta es rentable. A pesar de todo, desde el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda digital reconocen que en España existe un exceso de capacidad de generación y que será necesario tomar decisiones para resolverlo.
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