Durante la crisis económica muchos fueron los casos en los que las entidades financieras pasaron a ser propietarias de viviendas porque aquellos clientes a los que les habían concedido préstamos para su adquisición tuvieron que abandonarla por impago de la hipoteca. En este sentido, de repente muchos bancos pasaron a tener que afrontar el pago de las cuotas de la comunidad en aquellas en las que habían pasado a ser propietarios morosos del inmueble en cuestión.
Debido a este cambio de escenario, la deuda de la banca con las comunidades de vecinos llegó a los 376,8 millones de euros en 2015, una cifra que se contrajo en un 12,2% a finales de 2016 quedándose en los 330,8 millones de euros. Son datos publicados en el último informe elaborado por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España (CGCAFE).
No obstante, los bancos continúan siendo responsables de una quinta parte de la morosidad total que acumulan los edificios de uso residencial, 1.666 millones de euros en 2016. Así pues, del casi millón y medio de comunidades que existen en nuestro país, la banca todavía posee alguna propiedad en 250.000 comunidades de las que en un 7,3% es propietario moroso. Este hecho dificulta la atención de aquellas obligaciones de conservación y mantenimiento del edificio, que en muchos de los casos podrían desembocar en un desembolso adicional de los vecinos. De momento, el importe medio de morosidad del sector bancario en cada comunidad de propietarios superó la barrera de los 1.100 euros en 2016.
Por comunidades autónomas, en Andalucía es en la que la banca aglutina una mayor cantidad de dinero adeudada con un total de 320,4 millones de euros. Le siguen Catalunya (259,3 millones) y Madrid (225,9 millones). En el otro extremo se encuentran las autonomías de La Rioja (11,2 millones), Navarra (18,7 millones) y las ciudades de Ceuta y Melilla (con 4 millones y 3,9 millones de deuda, respectivamente).
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