Muchos estudiantes están volviendo a apostar por apartamentos y dormitorios compartidos. Estos son modelos de vivienda que no solo atraen a los jóvenes, sino también tiene atractivos para los inversores
“La situación actual ha puesto más en valor, si cabe, los espacios amplios y diferenciados en los que desempeñar distintas funciones diarias como el estudio y el ocio, algo que podría influir en el aumento del interés por parte de los estudiantes por vivir en residencias en las que tengan a su disposición servicio de restauración y limpieza, además de zonas comunes para el ocio y el estudio”, responde Beatriz Rodríguez, de Instituto de Valoraciones.
Aunque los precios del alquiler se han ajustado a la baja durante el último año, especialmente en las principales ciudades como Madrid y Barcelona, los jóvenes que buscan alquilar un piso en estas ciudades deben invertir gran parte de su sueldo en ello.
Es por ese motivo que apostar por un piso compartido frente a otras alternativas puede ayudar a ahorrar a muchos jóvenes además de permitir una mayor libertad y flexibilidad en cuanto a horarios o normas de uso frente a residencias de estudiantes.
Posibilidades de inversión
La alta demanda de pisos compartidos por parte de estudiantes o jóvenes profesionales hace de este tipo de inmuebles una opción de modelo de negocio interesante ya que estos pisos tienen una gran demanda.
También influye el interés de los estudiantes extranjeros por alojarse en este tipo de viviendas, que les ofrece mejores oportunidades para habituarse a las ciudades y hacer contactos. Especialmente si se tiene en cuenta que los intercambios culturales internacionales se están produciendo cada vez con más frecuencia y se están recuperando después de la pandemia.
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