Dos variables coinciden en una misma ciudad: el aumento de los precios y la falta de oferta. Este escenario se traduce en los grandes obstáculos para encontrar un piso de alquiler en Barcelona. Algo que se ilustra en cifras que tenemos en cuenta los datos de la secretaría de Vivienda y Mejora Urbana de la Generalitat que constatan que durante el último año, el coste medio del alquiler en Barcelona se ha incrementado un 6,78%.
Lo cierto es que se trata de una cifra que se dispara hacia los dos dígitos si se consultan estudios realizados por portales inmobiliarios de internet como Idealista, que constata una variación interanual del 17,5% en el primer trimestre de 2016, la mayor del país. Quizá por eso la Ciudad Condal se consolida como la capital española más cara para alquilar, con 15,2 euros/m2.
Sea como sea, los expertos consideran que los precios tocaron fondo hace un par de años y que los alquileres continuarán viviendo una presión alcista, agravada por la falta de oferta. En concreto, según ha explicado Joan Ollé, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Barcelona (API), a la página de internet Vilaweb.cat, la escasez de pisos tiene dos causas: “Se ha reducido la rotación de alquileres y una parte del stock se ha puesto a la venta”. Si bien es cierto, a pesar del descenso de firmas de contratos, Barcelona es, ahora mismo, la ciudad de España con el mayor porcentaje de viviendas en alquiler. Concretamente, 31% sobre el total, según sus datos.
Como ya hemos indicado anteriormente, la fuerte competencia entre futuros inquilinos por hacerse con un contrato de alquiler ha acortado drásticamente los plazos que las viviendas permanecen en el mercado en Barcelona. Algo que se conoce como ‘alquileres inmediatos’, donde Sants-Montjüic, Gràcia, les Corts i L’Eixample destacan como los barrios con anuncios más fugaces.
Sin embargo, Josep Maria Montaner, concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona apunta que la ciudad tiene un elevado porcentaje de población flotante, gente que hace estancias en la ciudad por turismo, trabajo o estudios. Una población que tiene un alto poder adquisitivo y distorsiona la realidad de los distritos donde habita y que afecta notablemente al mercado del alquiler.