Hablar de Chamberí es hablar de uno de los barrios más castizos de Madrid. Con un encanto particular, hoy es, sin duda, una de las mejores zonas para vivir en Madrid. Antaño fue tierra de Templarios, y también espacio para cazar. Allí acudían los reyes, que contaban con un amplio campo rodeado de bosques.
Mucho ha cambiado Chamberí desde entonces. Sin embargo, mantiene el prestigio que le dieron los nobles en sus prácticas de tiro. De hecho, su nombre, dicen algunos, podría tener relación con la reina María Luisa Gabriela de Saboya. La primera mujer de Felipe V tenía admiración por esta zona de Madrid, por donde paseaba habitualmente y que le recordaba (y de ahí el nombre) a su tierra, Chambèry, capital de Saboya.
Con la sierra de Guadarrama al fondo, Chamberí ha tenido siete vidas, como los gatos, que es como se les llama a los habitantes con gran arraigo a Madrid. Precisamente, este nombre proviene de este barrio: cuando, en 1625, el rey Felipe IV decide construir un muro alrededor de la ciudad, Chamberí queda fuera de la fortaleza. Los madrileños, para seguir acudiendo a estos terrenos, aprendieron a trepar la muralla con una técnica felina y de ahí el sobrenombre.
Un barrio con museos y embajadas
Chamberí tiene hoy cerca de 165.000 habitantes y un vecindario heterogéneo. Cineastas, escritores, profesores de Universidad o jóvenes empresarios se han mudado a esta zona en las últimas décadas. La llegada de trabajadores de una clase media-alta ha revalorizado las propiedades, y su mercado residencial es hoy uno de los más atractivos de la capital española.
Dos claves sitúan a Chamberí como uno de los mejores barrios de Madrid para vivir: su excelente comunicación con el resto de la ciudad y los servicios que ofrece. En el primer caso, la red de transporte que une Chamberí con el centro y otros barrios de Madrid es un aspecto muy apreciado por quienes viven en el barrio. Y por otro lado, Chamberí es una zona con grandes servicios para las familias, con colegios de gran prestigio y museos como el Sorolla. Así lo piensan varios países, como Reino Unido y Dinamarca, que han ubicado en Chamberí sus embajadas, imponentes por fuera y por dentro, para que residan allí sus más altos representantes diplomáticos en España.
Otro diplomático, aunque éste mucho más conocido, vivió como cónsul de Chile en Chamberí. Se trata del escritor y premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda, que residió unos años en un edificio histórico de Madrid, denominado popularmente como la Casa de las Flores. De la casa donde tenía su apartamento dijo el poeta que “era llamada la Casa de las Flores porque por todas partes estallaban geranios”. Ya quedan pocos en su fachada, pero Chamberí sigue siendo un oasis en el Madrid capital.