Hasta hoy, y durante los últimos años de crisis, el comprador mayoritario de vivienda se ha correspondido con el perfil de un cliente con capacidad para realizar las transacciones al contado. Pues bien, esta realidad ha cambiado y en los últimos meses todo apunta a que ha vuelto uno de los síntomas manifiestos de que la recuperación inmobiliaria se consolida: vuelve el comprador tradicional de vivienda.
Según explica en El País Javier García del Río, director de Solvia, las personas que han adquirido o están interesadas en adquirir una vivienda en los próximos meses ya no responden únicamente al perfil de particular con ahorros que proliferó en los últimos años. Esta tendencia, de hecho, cambió totalmente la tipología de producto adquirido, centrándose en viviendas destinadas a obtener una rentabilidad a través del alquiler y cuyos precios estaban por debajo de los 100.000 euros.
Como decimos, desde hace algunos meses ha irrumpido cada vez con más fuerza el segmento tradicional: el llamado cliente minorista. Si tuviéramos que trazar un perfil medio éste se correspondería con personas cuya edad oscila entre los 25 y 45 años y que acceden a una primera vivienda con financiación. Según Del Río, esa demanda del comprador “natural” de vivienda es la que ha experimentado el mayor crecimiento en 2015.
Para ilustrarlo, el representante de Solvia nos remite a los datos facilitados por el Consejo General del Notariado, que indican que el año pasado se adquirieron en España 401.236 viviendas, mientras que en ese mismo periodo se concedieron, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), 244.827 hipotecas. Esto supone que un 38% de las operaciones de compraventa en 2015 se cerraron sin ningún tipo de financiación frente al 44% que representaban en 2014.
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