El informe elaborado por Colliers analiza la situación en la región y destaca la necesidad de contar con estándares claros para acelerar la transformación sostenible del sector inmobiliario.
La mayor preocupación para los agentes del sector inmobiliario europeo es el costo potencialmente enorme en el que se puede incurrir en la renovación de edificios existentes.
El informe para la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) muestra que la voluntad global de avanzar en el desarrollo sostenible crea incertidumbre en el mercado de inversión inmobiliaria y crea un punto de inflexión.
También se señala que los formuladores de políticas deben acordar objetivos realistas y alcanzables que respalden la creación de parámetros y criterios técnicos claros y consistentes que permitan la asignación de capital y energía.
El informe señala que el marco de referencia global en torno a estos estándares aún no se ha definido, lo que hace que la previsión de requisitos y obligaciones futuros sea muy compleja.
El reglamento de divulgación de finanzas sostenibles (SFDR) de la UE, publicado este año, establece que su impacto de inversión directa será renovar los activos inmobiliarios, pero según Colliers, serán regulaciones emergentes, como la directiva europea CSRD, que propone una directiva europea sobre la divulgación de información empresarial sobre desarrollo sostenible, que están dispuestos a arrojar luz sobre nuevos desafíos. La directiva entrará en vigor en 2023 y afectará a la mayoría de las empresas del sector inmobiliario.
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