Las condiciones actuales del mercado inmobiliario español y las políticas monetarias que llegan desde el Banco Central Europeo (BCE) están cambiando el panorama hipotecario. Tanto es así que en estos momentos sólo dos de cada 10 préstamos que comercializan las entidades financieras son a tipo variable. Además, la gran parte de estas hipotecas se comercializan por internet. Son datos del portal especializado bankimia.com.
Resulta notable el cambio, pues años atrás las hipotecas a tipo variable eran la modalidad principal a la hora de obtener financiación para la compra de una casa. Ahora, ese papel protagonista lo ocupan los llamados productos mixtos, que primero contienen un tipo fijo inicial y, pasado ese plazo, se empieza aplicar el interés surgido de sumar el Euribor. En este sentido, este tipo de productos financieros suelen tener un interés fijo inicial que oscila entre los seis meses y los dos años, aunque en algunos casos se puede llegar hasta los 10 años. En porcentaje de interés, estaríamos hablando de préstamos hipotecarios de entre el 1,30% y el 2,25%.
Esta tendencia permite a los hipotecados saber de antemano cuánto van a pagar de hipoteca, pues en el período inicial del préstamo no dependen de factores externos que influyan en las cuotas que se pagan. No obstante, no se pueden beneficiar de las tasas negativas que experimenta el Euribor desde hace ya nueve meses, tras cerrar octubre de este año al 0,069% y con un noviembre que parece que va a seguir por el mismo camino, ya que la media provisional es del 0,071%.
Si se compara una hipoteca variable con una mixta, siendo ésta de 120.000 euros y a 20 años, resulta que los titulares que vayan a hacer frente a un tipo fijo inicial, por ejemplo del 2%, van a pagar mensualmente 607 euros. Por su parte, si el interés variable se abonara desde el principio, las cuotas serían de 549 euros al mes, 58 euros menos al mes y 696 euros menos al año. Una diferencia que se debe a las tasas negativas del índice hipotecario por excelencia.