Las islas Canarias son uno de los lugares más peculiares del mundo, y no solo por su clima o su geografía. Su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente lo convierten en el perfecto campo de pruebas para todo tipo de proyectos medioambientales, especialmente arquitectónicos. Si bien las casas sostenibles poco a poco se están convirtiendo en la norma, Tenerife ha decidido ir más allá con el complejo ITER. Se trata de una serie de 25 casas bioclimáticas en las que la sostenibilidad prima por encima de todo. Por su diseño, sus servicios disponibles y sus actividades programadas, muy arraigadas con las costumbres locales, este lugar es uno de los complejos de casas bioclimáticas mas fascinantes de la actualidad.
El complejo es un compendio de diversos experimentos para testear técnicas bioclimáticas y la integración de energías renovables, todo ello aplicado a la arquitectura. El complejo utiliza células fotovoltáicas y térmicas para generar energía. La monitorización constante les permite recoger datos que luego se utilizaran en otras construcciones. Todas las viviendas son autosuficientes y no emiten ninguna cantidad de CO2 a la atmósfera. La arquitectura del complejo tiene una importante conexión con la naturaleza, que le permite evitar depender de los sistemas habituales de mantenimiento y energía. Las casas sostenibles utilizan las corrientes de aire, el sol y la tierra para proveerse de toda la energía que necesitan.
Proyectos como este están suponiendo un importante cambio de mentalidad en el sector de la construcción, el diseño y la planificación urbana. A la hora de realizar nuevos proyectos, las tendencias en arquitectura bioclimática están desplazando técnicas y soluciones del pasado. Hoy en día, el objetivo es aprovechar todos los recursos naturales, permitiendo que la necesidad de energía o mantenimiento artificial queden reducidas al mínimo. Una manera nueva de ver la arquitectura que hace que los edificios y casas se integren perfectamente en la naturaleza que le rodea.
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