Vender una casa puede ser complicado. La mayoría de la gente compra por la vista y por eso se han desarrollado diversas técnicas inmobiliarias que puede favorecer la venta. Algunas son sencillas, como utilizar colores neutros y muebles livianos que ayudan a darle a la casa un aspecto ligero y agradable. Otras siguen las técnicas de “home staging” que, a pesar de su complicado nombre, consisten básicamente en realzar las virtudes y disimular los defectos. Estas técnicas tienen más de tres décadas de antigüedad en países como EE. UU. Y aquí poco a poco empiezan a utilizarse. Los estudios demuestran que el potencial comprador decide si la casa le gusta o no durante los primeros 90 segundos de visita o visionados de las fotos.
Una imagen vale más que mil palabras es una frase que todo el mundo conoce, pero que no todos cumplen. Es fundamental que en un buen anuncio haya fotografías profesionales. No significa necesariamente que las haya tomado un profesional, sino que tengan un buen enfoque, buena luz, buen foco etc. También hay que tratar de que la vivienda se vea limpia, ordenada y que los espacios que se muestran se vean lo más neutros posibles. Colocar los muebles de forma armoniosa, usar colores pastel o incluso los olores caseros como el café o el pan horneado pueden ayudar a cerrar una venta. El objetivo es crear un ambiente de calma y orden, algo que podemos obtener usando gamas cromáticas de blancos y grises. También es conveniente, si hay jardín, asegurarse de que esté en perfecto estado de revista.
Y es que varios estudios indican que realizar arreglos sencillos en la vivienda antes de venderla pueden ayudar a aumentar su valor en un 25%. Hay muchas casas estupendas que, debido a malos acabados o desperfectos causados por el uso, pasan años en el mercado. Aquí es donde el café puede jugar un papel importante a la hora de vender la casa.
