Si has comprado un inmueble recientemente, hay un impuesto con el que es importante que estés familiarizado. Es el conocido como IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y todos los propietarios de viviendas están obligados a pagarlo. Es un impuesto municipal que tiene la cualidad de ser uno de las principales fuentes de recaudación de los ayuntamientos, hasta el punto de representar el 28,2% de sus ingresos anuales. Lo curioso de este impuesto es que el importe a pagar no depende del precio de la vivienda sino de su localización. Algunas ciudades en las que la vivienda es cara, como Madrid y Barcelona, tienen IBIs reducidos en comparación con otras, en las que la carga fiscal es mucho mayor.
La media del coste del IBI en España es de 89 euros y se obtiene a través de una serie de variables, entre ellas el valor catastral del suelo. No solo se valora su coste, sino además el valor catastral de las construcciones que hay en ese suelo. Cada 10 años se realiza una valoración general del suelo y de las construcciones, y se ajustan los precios. Al valor catastral del inmueble se le aplica un coeficiente que varía entre un 0,4% y un 1,1% para inmuebles urbanos y entre un 0,3% y un 0,9% en el caso de los inmuebles rústicos. Sin embargo, depende de las administraciones incrementar los costes.
Los desajustes son notables en los costes. En San Sebastián, una de las ciudades más caras de España, el IBI es de apenas 48 euros. En ciudades como Soria, una de las más baratas, el coste es de 152 años. Por detrás de Soria, los que más pagan son los propietarios de Tarragona (148,43 euros) y Lleida (139,01 euros). Los ciudadanos de Vitoria solo pagan 41 e
