Ayer lunes supuso el primer día hábil que entró en vigor la nueva ley del crédito inmobiliario, que fuera aprobada por el Congreso de los Diputados como la Ley Reguladora de los Contratos del Crédito Inmobiliario. Esta reforma introduce novedades como, por ejemplo, la obligación por parte de la banca de remitir toda la información del contrato al notario con la intención de que asesore al cliente 10 días antes de la firma del crédito. Otra de las novedades más destacadas es la regulación sobre quien se hará cargo de las primeras copias de notario, gastos de registro y de gestoría, que pasan de los clientes a ser responsabilidad de los bancos. Esto supondrá un ahorro para el cliente ya que ahora solo deberá afrontar las segundas copias del notario y los gastos de tasación.
Entre las novedades destacadas de la Ley Reguladora de los Contratos del Crédito Inmobiliario es que esta también establece que la hipoteca para la primera vivienda quedará gravada con el impuesto de actos jurídicos documentados (AJD) que pagarán las entidades financieras y también la eliminación de las cláusulas suelo. Además, ahora el banco solo podría iniciar el procedimiento de desahucio si se acumulan 12 cuotas de impago o el 3% del capital de la hipoteca en la primera mitad de vida del préstamo; o bien de 15 cuotas o el 7% en la segunda mitad de este.
A partir de ahora el cliente podrá contratar con otra entidad diferente a la que concede el préstamo, los seguros o las pólizas de hogar siempre que cumpla los requisitos del contrato. De esta forma el prestamista no podrá cobrar comisión o ningún gasto por el análisis de estas pólizas. En otras palabras, se prohíbe la venta obligada de productos vinculados a la hipoteca. De esta forma la nueva Ley pretende que todas las cláusulas abusivas pasen a estar controladas por norma imperativa, para crear una mayor seguridad de los consumidores frente a los bancos.
