Actualmente, debido a una normativa tachada por muchos como “demasiado restrictiva”, los drones tienen prohibido volar por zonas urbanas. Y es que todavía está en vigor la normativa de Real Decreto de 2014, creada para regular el tráfico aéreo no tripulado en España. Este decreto prohíbe sobrevolar zonas urbanas, aeropuertos y zonas con aglomeraciones de personas. La nueva normativa, proyectada para 2018, permitirá el vuelo en núcleos urbanos, lo cual “dará alas” al sector, que prevé facturar en los próximos años hasta 11.000 millones de euros anuales y generar más de 17.000 empleos en toda Europa.
Por todo esto, las grandes promotoras ya empiezan a pensar en utilizar estos aparatos como herramienta para la venta de inmuebles. Mostrar la vivienda desde todos los ángulos, poder evaluar la zona de un rápido vistazo o crear imágenes más atractivas para la vista son algunas de las ventajas que señala la Asociación de Empresas de Drones. Y es que poder ofertar un inmueble contando con imágenes de vista de pájaro puede ser una buena herramienta de marketing. Desde la asociación señalan que particulares y promotores empiezan a demandar un servicio que, calculan, podría incrementar hasta en un 35% la venta de pisos en relación con las viviendas que solo muestran fotos.
Existen ciertos nichos de mercado en los que los drones podrían ser especialmente útiles. En proyectos industriales permitirían mostrar grandes espacios y realizar diferentes recorridos por las diferentes zonas de la propiedad. También se utilizaría a la hora de detectar grietas, examinar zonas de difícil acceso o de alto peligro para las personas. En zonas rústicas, el dron es un elemento cotidiano, pues permite inspeccionar grandes fincas sin importar los accidentes del terreno. También puede resultar muy útil en zonas impracticables o inmuebles en los que el propietario no permite el acceso, como en el caso de los embargos.
