La recuperación general de la economía española está permitiendo que poco a poco la situación en la que se encuentran muchos hipotecados vaya mejorando paulatinamente, algo que tiene su efecto directo en la cantidad de dinero que aún deben devolver a las entidades financieras. En este sentido, el Banco de España ya ha hecho público su estudio anual acerca de la morosidad de los créditos para la adquisición de inmuebles en nuestro país, cuyos resultados invitan al optimismo. En este sentido, la tasa de morosidad hipotecaria cerró el año 2016 en el 4,73%, doce centésimas menos que el 4,85% con el que se finalizó el 2015. Por otra parte, la deuda promotora se fijó en un 25,5%, según los datos publicados por el organismo.
No obstante, en comparación con el tercer trimestre de 2016, los datos relativos a los impagos de las hipotecas aumentaron ligeramente al acabar el cuatro trimestre, pues en el período julio-septiembre se había dejado en el 4,67%. El sector promotor sí que mejoró sus datos respecto a los que registró al acabar el tercer trimestre de 2016 pues a cierre de año, las hipotecas impagadas en el sector financiero sumaban un valor total de 25.349 millones de euros, frente a los 26.785 millones de diciembre de 2015 y a los 25.207 millones de septiembre.
Si analizamos el tema en términos absolutos podemos sacar conclusiones que corroboran la buena tendencia del sector. Y es que en 2016 la cartera crediticia de las hipotecas para la adquisición de un piso se redujo en 16.703 millones y terminó el ejercicio en 535.365 millones. En el crédito concedido a promotores inmobiliarios también llegaron buenas noticias, pues bajaron a 120.805 millones desde los 135.189 millones de 2015. Así, finales de 2015 la morosidad de este sector era mucho mayor, del 27,54%, al igual que en el trimestre anterior, cuando se registró una morosidad del 25,63%.
