El estilo de vida de la sociedad ha sufrido un gran cambio en los últimos años. Los jóvenes tienen una forma de entender la vida muy diferente a las anteriores generaciones y este factor empieza a adquirir relevancia en la forma de comprar una vivienda.
Y es que ahora nos encontramos ante la llegada de los millennials y la generación Z al mercado inmobiliario. La ilusión y la incertidumbre al buscar una casa es una sensación muy común. No obstante, si echamos la vista atrás hay algunas cosas que han cambiado.
La pandemia ha marcado un antes y un después en nuestro estilo de vida y esto también se traslada a los hogares. En este sentido, los jóvenes cada vez tienen más claro que un piso no es un mero inmueble, sino que se trata de un hogar en el que pueden disfrutar de una alta calidad de vida. Pero, ¿en qué se traduce este hecho?
Sostenibilidad y tecnología, muy valoradas por los jóvenes
Los jóvenes buscan una vivienda polivalente en la que se pueda vivir, trabajar y, a su vez, también se convierta en un lugar de ocio. Por ese motivo, una correcta distribución es fundamental para desarrollar su rutina diaria. No se trata de buscar viviendas de grandes superficies, sino de saber aprovechar cada rincón y convertirla en su zona de confort.
Los millennials y los Z’s empiezan a ser una generación educada bajo principios y valores sostenibles. En este contexto, al buscar una vivienda, una de las características para tener en cuenta por parte de este colectivo es que sea eficiente. Es decir, viviendas con bajos costes de mantenimiento. Además, este tipo de activos solventan dos de los ejes más valorados por el comprador joven: la economía y la sostenibilidad. Es decir, una vivienda con bajos costes facilitará la reducción del precio de las facturas de los suministros del hogar, como la luz. Pero, además, tendrán una alta implicación con el medioambiente.
Por último, hay que recalcar la importancia de la tecnología en sus viviendas. Es decir, otro punto a tener en cuenta es que los inmuebles estén adaptados para controlar cada detalle del hogar. El nivel de luz, de agua, de gas, la temperatura, etc. Es decir, el peso recae sobre la domótica y las viviendas inteligentes. Si algo queda claro es que los jóvenes están redefiniendo las prioridades del mercado inmobiliario. Y es que hay un cambio de filosofía al buscar una vivienda que provoca que las nuevas generaciones busquen viviendas con las que se sientan identificadas y cumplan con sus expectativas.
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