Son muchas las iniciativas que se están llevando a cabo para tratar de solucionar el problema del acceso a la vivienda. Es por eso que resulta tan llamativo que las solicitudes para obtener permisos de construcción en Barcelona se hayan triplicado en los últimos 4 meses. Sin embargo, la razón de esta multiplicación de las peticiones se debe a una sencilla razón: la nueva normativa para la construcción que obliga a destinar el 30% de las nuevas construcciones a pisos de precios asequibles. De ahí que constructores y promotores busquen acelerar la concesión y así esquivar la nueva norma.
Entre junio y septiembre se solicitaron un total de 591 permisos para construir viviendas en la Ciudad Condal. Según datos municipales, durante el año 2017 se presentaron un total de 206 solicitudes de certificados de aprovechamiento, que son el paso previo a la licencia de construcción, pues dan un permiso para edificar y tienen una validez de 6 meses. Renunciar a la moratoria hasta la aprobación de la ley fue una condición impuesta por los aliados de la administración, que no querían una paralización del sector hasta entonces. Sin embargo, la polémica ha surgido con este aluvión de solicitudes que buscan esquivar esta norma que muchos consideran injusta.
La norma se encuentra ahora mismo a la espera de que sea aprobada por la Generalitat. De ahí que, hasta entonces, el conflicto se haya hecho público y no tengo visos de arreglarse próximamente. Desde la administración se calcula que se construyen al año un total de 1.114 viviendas nuevas, lo que proporcionará al ayuntamiento un total de 334 nuevas viviendas protegidas. El consistorio de Barcelona ha establecido lo que ellos consideran un precio asequible para estas viviendas, que entrarán dentro de la calificación siempre que estén en edificios plurifamiliares en nuevas promociones. La polémica está servida.
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