A la hora de plantear una pequeña reforma en casa, hay tanto de lo que preocuparse que nos olvidamos de uno de los puntos clave: la licencia. Y es que ya sea por acondicionamiento o mantenimiento, es necesario pedir autorización para hacer una reforma. Y aunque parezca algo que todo el mundo hace por defecto, la realidad demuestra lo contrario. El ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz calcula que durante el año 2017 recaudó un total de 118.000 euros en multas por reformas menores no autorizadas o que excedieron el coste total presentado.
Según sus propias cifras, el ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz tramitó un total de 2.342 licencias de obra menor y 1.963 declaraciones responsables por obras de escasa entidad. Desde el ayuntamiento recuerdan que reformas sencillas como puede ser un lavabo o un cambio de ventanas necesitan de la correspondiente autorización, además de que el pago se realice con factura. No hacerlo así constituye un fraude que el ayuntamiento está comprometido a perseguir.
Si estás planeando realizar una reforma, conviene que tengas en cuenta la magnitud de esta para poder informar al ayuntamiento y aportar la documentación necesaria. Las reformas pequeñas pueden entrar dentro de estas dos categorías:
Obra menor
Necesitarás una licencia de obra menor si la reforma que vas a realizar no va a afectar los elementos estructurales de la vivienda y es técnicamente sencilla. En este caso no hay necesidad de pagar una tasa y hay poca documentación que entregar, aunque si es obligatorio informar al ayuntamiento.
Obra de escasa entidad
Dentro de esta calificación entran todos los trabajos de pintura, alicatados, carpintería y lo que no suponga un cambio de distribución. También se incluye cambiar la caldera, sustituir el soldado en terrazas, la instalación de andamios, la fontanería y el saneamiento. El alicatado de baños, cambio de plato de ducha o saneamiento de lavabos también entrarían dentro de esta categoría.