El mercado de la vivienda en Europa se ve dominado por unos elevados precios que siguen al alza, por las dificultades de acceso a la vivienda y por las constantes políticas que pretenden revertir la situación. El mercado inmobiliario español se encuentra en una fase de recuperación y destaca por el elevado precio en sus grandes ciudades, y por la falta de oferta de vivienda disponible. Esta situación se ve fuertemente afectada en las dos principales ciudades del estado, Madrid y Barcelona, donde los precios no paran de crecer.
En Barcelona, la vivienda de obra nueva se encarece un 33% y llega hasta los 658.000 euros de precio medio, como consecuencia de la falta de suelo y la constante subida de los precios. Otros factores que determinan este encarecimiento son, el aumento en la superficie media de la vivienda de nueva construcción, la cual se ha incrementado un 14,7%, y el alza de los precios por el metro cuadrado, que ha crecido un 8,5%. De esta forma, al final del año 2018 la superficie media de los pisos en Barcelona fue de 90,6 metros cuadrados, respecto de los 79 metros cuadrados del 2017. Mientras que en la capital catalana el precio medio por metro cuadrado ha pasado de los 6.291 euros, hasta los 6.823 euros. Los analistas enfatizan que el problema radica en la falta de oferta existente para satisfacer la demanda, especialmente en Barcelona, donde la superficie para la construcción de vivienda nueva es hasta seis veces inferior a la que tiene Madrid.
En el diseño de las viviendas de nueva construcción la mayoría se proyectan con 3 dormitorios y 2 baños, son el 30,3% del total. Mientras que las viviendas con 2 dormitorios y 1 baño representan cerca el 18,7%. Además, el tipo de inmueble más construidos son los bloques cerrados plurifamiliares, que suponen el 68,4%, mientras que los unifamiliares aislados son solo el 5,9% del total.
