El ritmo de la construcción de viviendas es uno de los principales indicadores a la hora de delimitar si el mercado inmobiliario vive o no un buen momento. También indica la necesidad del parque español de viviendas de contar con una mayor proporción de viviendas de obra nueva, un tipo de inmueble cada vez más demandado tanto por los compradores de nuestro país como por los inversores extranjeros. En este sentido, el sector de la construcción en España experimentó una tendencia al alza más que evidente durante los primeros siete meses del año. Y es que, en el periodo comprendido entre enero y julio, se construyeron un total de 33.085 viviendas, lo que significó un incremento interanual del 39% en relación con el mismo periodo del año pasado. Son datos ofrecidos en un informe estadístico llevado a cabo por el Ministerio de Fomento.
Así pues, la evolución positiva del número total de pisos terminados en España durante la primera parte del año ha conseguido romper con una tendencia a la baja que venía prolongándose durante 9 años consecutivos, siendo 2016 el último ejercicio de esta serie negativa. Eso sí, en perspectiva, desde los datos máximos registrados en el año 2007, cuando se alcanzaron un total de 641.419 viviendas construidas, la cifra que se registraba a finales de 2016 supone un descenso acumulado del 94%.
Por tipo de vivienda, del total de pisos terminados hasta julio de este año, un 97,7% de ellos (32.312 viviendas) correspondieron a proyectos realizados por promotores privados, mientras que en el 2,3% restante (773 viviendas) fueron las administraciones públicas las que impulsaron el proyecto. Si entramos en detalle, respecto a 2016 la construcción de viviendas por parte de promotores privados creció un 37,4%, mientras que en el caso de las administraciones públicas fue más del doble, de las 318 viviendas de 2016 a las 773 de este año.