La pandemia tiene poco impacto en las estadísticas de las herencias, por ahora, aunque los expertos dicen que es posible que nunca lo hagan. Tras más de un año de crisis sanitaria en España y más de 90.000 fallecidos en 2020, la situación más lógica y natural sería la transmisión de las viviendas de los difuntos a sus herederos. Sin embargo, los números actuales no apuntan en esa dirección.
Existen dos fuentes principales de información para el seguimiento de la evolución de la herencia en España: la Estadística de transmisión de los derechos de la propiedad, que publica el INE mensualmente y toma como fuente los registros, y las cifras de los notarios. Los últimos datos de abril disponibles desde los notarios muestran que los bienes raíces han experimentado picos y aumentos regulares en las herencias. Aun así, cabe tener en cuanta que los datos estaban comparados con abril de 2020, el momento más afectado por la cuarentena y la parálisis de los movimientos notariales.
Por tanto, la comparación será más oportuna con el año 2019. Así, los datos del INE, que también contienen datos de mayo y junio, muestran un incremento más paulatino, así como la aceptación de sucesiones anteriores por parte de los notarios. Según los datos del Consejo General del Notariado, las herencias de viviendas fueron 27.283 en abril de 2019, frente a las 29.651 este año. La portavoz de la entidad, María Teresa Balear, explica el motivo: “La asociación entre las personas que mueren y las herencias que se hacen no es cierta en el corto espacio de tiempo”, explica. “Desde que una persona fallece hasta que la familia formaliza la escritura de partición [el acto en que se reparte la herencia ante el notario] pueden pasar no solo meses, sino incluso años”, concluye.
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