El mercado inmobiliario español sigue dando claras pistas de su aceleración progresiva. Y donde hay pisos, entre muchas otras cosas, ha de haber muebles. La venta del sector del mobiliario residencial es uno de los datos indirectos que sirven para seguir el pulso al mercado y predecir hacia dónde va a ir en los siguientes meses o años. En 2015 la venta de muebles puso fin a un período de caída que se prolongaba desde hace siete años, o lo que es lo mismo, desde el principio de la crisis económica. Así pues, el sector ha crecido un 5% hasta alcanzar los 2.450 millones de euros, según el Observatorio Sectorial de DBK de Informa, filial de CESCE.
Estas cifras tienen en cuenta el consumo de los hogares y de las viviendas de obra nueva sin amueblar, que han disparado sus ventas debido a la reactivación de la actividad inmobiliaria y el dinamismo de la inversión empresarial, en un contexto de aumento del empleo y menores dificultades de acceso a la financiación.
Por sectores, el mayor crecimiento se dio una vez más en el subsector de mobiliario de oficina, que alcanzó un aumento del 11,6%. Por su parte, los segmentos de hogar y de cocina aumentaron un 4,9% y un 4,2%, respectivamente.
En cuanto al reparto de las ventas por tipo de establecimiento, los especializados aglutinaron el 83% de las ventas, y el 17% se repartió entre grandes almacenes, hipermercados y grandes superficies de bricolaje. Según el informe, las previsiones de evolución del valor del mercado minorista de muebles durante el bienio 2016-2017 indican que la tendencia ascendente que empezó en 2015 se mantendrá los próximos dos años debido al aumento del gasto de las familias y de la mayor inversión por parte de las empresas. De este modo, la facturación sectorial aumentará en torno a un 5% tanto en 2016 como en 2017, hasta alcanzar en este último año una cifra de unos 2.700 millones de euros.
