El sector inmobiliario avanza con fuerza en nuestro país. La compraventa de viviendas en España continúa al alza, situándose en niveles del año 2008, antes de que se produjera el estallido de la burbuja inmobiliaria. No obstante, y si bien el contexto económico nada tiene que ver con el que se diera entonces, el aumento sostenido de los precios responde a una cierta descompensación entre la oferta y la demanda.
En este sentido, según el último informe de estabilidad financiera publicado por el Banco de España, existen desequilibrios en el mercado inmobiliario desde el año 2020, lo que conlleva la aparición de “algunas señales leves de sobrevaloración” que se vieron incrementadas durante el pasado 2021. El supervisor advierte que, si bien los principales indicadores se siguen situando cerca de valores de equilibrio, es necesario hacer un seguimiento estrecho del mercado inmobiliario para evitar tendencias que aumenten el riesgo de repetir errores del pasado.
En este contexto, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, descarta la posibilidad de que en nuestro país vuelva a estallar una nueva burbuja como sí ha ocurrido en algunos países europeos. No obstante, Hernández de Cos cree que hay que estar alerta, porque la oferta es escasa, la demanda muy alta y los precios de la vivienda empiezan a ser demasiado altos.
El principal reto del sector inmobiliario estaría pues en aumentar la oferta de vivienda disponible, especialmente en el sector de obra nueva. De hecho, el Banco de España hace mención explícita en su informe a que el nivel de construcción de nuevas viviendas “es bajo e insuficiente para absorber el ritmo de expansión de la demanda”. Y es que el repunte en los costes de los materiales y la falta de mano de obra en el sector de la construcción está llevando a la ralentización e incluso paralización de algunas obras en marcha, lo que podría producir aumentos adicionales en el precio de la vivienda nueva durante este año.
