El sector de la vivienda protegida fue uno de los más afectados en el periodo de la crisis que sacudió España en el 2007. Entre el año 2000 y el 2008 se pusieron en marcha una media de 72.673 proyectos de vivienda protegida al año. Entre el 2009 y el 2017, la época de la crisis y de la recuperación económica, la cifra se redujo hasta llegar a los 24.761 inmuebles. Es decir, casi dos tercios menos. Cuando examinamos las cifras de 2018 vemos que la recuperación no ha llegado a este sector, hasta el punto de que en 2017 se entregaron únicamente 4.938 viviendas protegidas. Esta cifra es la más baja de los últimos 30 años de historia.
Un reciente informe destaca la falta de presupuestos como el principal motivo de que no se emprendan más proyectos de vivienda protegida. En el periodo precrisis hubo un cambio de objetivo de inversión, con la mayoría de los promotores inmobiliarios pasándose a la vivienda libre, de la que obtenían mayor rentabilidad. Esto hizo que la pelota se pasara al campo de las administraciones, que vieron como sus recortados presupuestos no eran capaces de sufragar este tipo de vivienda. Especialmente en el caso de la que se destina al alquiler, que es la menos rentable de todas.
Entre 2012 y 2016 se comenzaron únicamente 898 proyectos de vivienda protegida para alquiler, lo que supone una caída del 94%. Entre 2005 y 2016, de las viviendas protegidas que se construían en España, únicamente 2 de cada 10 iban destinadas al arrendamiento. Por Comunidades Autónomas, Baleares, Cataluña y Canarias fueron las que construyeron mayor cantidad de pisos de alquiler protegido. Las que más atrás se quedaron en este ranking fueron Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja. Por eso se destaca que es necesario que la administración eleve sus partidas presupuestarias en esta dirección si quieren que vuelva a ser una solución de mercado.
