El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte del rápido incremento de los precios de la vivienda en los últimos años y muestra cierta preocupación de cara a una posible caída brusca de los precios y como las medidas de corrección podrían afectar en la economía y la estabilidad financiera de algunos países. Según el FMI, la sobrevaloración de los activos, el crecimiento excesivo del crédito y el endurecimiento de las condiciones financieras, son algunos síntomas de un eventual ajuste a la baja de los precios a medio plazo.
En el informe de primavera del FMI centra uno de sus capítulos a analizar las condiciones del mercado inmobiliario en una treintena de grandes ciudades como, Londres, Berlín, París, Madrid o Nueva York. Como la vivienda es uno de los principales componentes de la economía en Estados Unidos y Europa, los técnicos señalan que, si el endeudamiento es elevado, podría suponer una señal de riesgo para la actividad económica. El FMI advierte que en los próximos dos o tres años, “un posible pinchazo de los precios en algunos países podría ser un motivo de preocupación para la estabilidad financiera y el panorama macroeconómico global a medio plazo”.
Sin embargo, el organismo internacional reconoce que los precios de la vivienda no son objetivo de las políticas monetarias, pero advierten que “el vinculo entre las medidas políticas y los riesgos a la baja en los precios de la vivienda pueden arrojar luz sobre la relación de las vulnerabilidades del sector y la estabilidad financiera». Además, reiteran que “un cambio brusco en los precios puede afectar a la calidad de las carteras y la rentabilidad de los bancos”. Como medida de protección se podrían regular los flujos de capital extranjero en ciertos mercados donde los precios se dispararon en los últimos años. Sin embargo, el FMI considera que esta medida solo puede ser efectiva en algunos casos ya que la situación de cada país es muy variada.
