La recuperación económica tras la crisis inmobiliaria de 2007 se consolida en España y en Europa. Un clima de confianza recorre todo el continente, y las cifras demuestran que los inversores vuelven a apostar por el ladrillo. Y es que solo en el año 2017, el volumen de inversión total alcanzó los 234.000 millones de euros, un aumento del 7% respecto al año anterior. Las cifras muestran que los inversores de fuera de Europa, especialmente los asiáticos, ya representan el 50% de las operaciones inmobiliarias que se dan en la Unión Europea cada año. Si embargo, si contamos la cuota de mercado, vemos que los estadounidenses siguen siendo los principales inversores del viejo continente.
Los países del ranking de mayor inversión durante el 2017 son: Austria (74%), Rumanía (54%), Países Bajos (46%) y Dinamarca (32%). En España el total de la inversión durante el 2017 se cifra en 9.200 millones de euros, lo cual supone un aumento del 9%. De esta cantidad, el 47% corresponde a europeos, mientras que el resto está formado por inversores internacionales, especialmente estadounidenses y originarios de Asia y Oriente Medio. Las cifras de inversores, tanto europeos como internacionales, siguen aumentando notablemente desde el 2016.
El momento dulce que se vive en Europa para la inversión inmobiliaria hará que cada vez más se busquen oportunidades en sectores menos habituales y ciudades secundarias. Analistas europeos están viendo un aumento de la inversión en ciudades como Manchester, Roterdam, Frankfurt o Praga, además de una dinamización de mercados como el de las oficinas. En 2016 este sector represento un 46% del total, y ahora los inversores han puesto el ojo tras el sector industrial, que ha aumentado un 15% en los últimos 12 meses. Las señales apuntan que esta tendencia seguirá hacia arriba impulsada por una política monetaria favorable, las mejoras en el mercado laboral y el optimismo que se respira en el sector actualmente.
