El informe presentado la semana pasada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja que el mercado inmobiliario residencial está dando los primeros síntomas de agotamiento. Los datos recopilados por el organismo muestran una caída interanual del 9% en el mes de junio y se situó en las 40.961 operaciones de compraventa. Destaca en particular el descenso de las viviendas usadas, que caen un -9,2%, mientras que las nuevas bajan un -7,8%. Sin embargo, las transacciones de casas de segunda mano siguen estando por encima de las transacciones de viviendas nuevas, con 33.756 y 7.205 operaciones, respectivamente.
De este modo, la compraventa de viviendas regresa a tasas interanuales negativas tras haber aumentado un 1,1% en mayo. Hasta el 90,9% de las viviendas transmitidas por compraventa en el mes de junio fueron viviendas libres, mientras que el 9,1% fueron protegidas. Durante este mes, la compraventa de viviendas libres bajó un 8,5% en tasa interanual, hasta sumar 37.236 transacciones. Por otro lado, las operaciones sobre viviendas protegidas cayeron un 13,6%, con 3.725 transacciones.
Analizando los datos por territorios, aquellas autonomías donde se realizaron más operaciones de compraventa en el mes de junio por cada 100.000 habitantes fueron, la Comunidad Valenciana (159), Murcia (128) y Andalucía (123). Por el número total de fincas transmitidas inscritas en los registros de la propiedad, se alcanzaron los valores más altos en La Rioja (713), Aragón (670) y Castilla y León (661). El enfriamiento no se produce únicamente en el mercado de compraventas, sino que también se está observando en el mercado del alquiler. Los datos presentados por el INE, sitúa los mayores crecimientos en las grandes ciudades, como Barcelona, Madrid o Valencia, y ciudades con una elevada concentración turística, como Málaga, Palma, Las Palmas de Gran Canaria o Santa Cruz de Tenerife. En todas las ubicaciones mencionadas, el incremento en el precio del alquiler ha sido de más del un 35% entre 2014 y 2019.
