Los altos precios de la vivienda en ciudades como Madrid o Barcelona han provocado que seis de cada diez inquilinos consideren ya que compensa más pagar una hipoteca que un alquiler. Con unos precios que han llegado a superar los máximos del periodo del boom, la compra de viviendas gana cada vez más terreno al alquiler. Desde hace unos años se va expandiendo la idea de que alquilar es tirar el dinero y esta percepción no para de crecer. Según algunos estudios, en 2017 el 25% de los inquilinos de la Comunidad de Madrid pensaba así y, en 2018, ha crecido hasta el 33% de los arrendatarios que secundan esta idea.
En consecuencia, son cada vez menos las personas que se decantan por el alquiler de una vivienda. El año pasado hasta un 36% menos de españoles optó por el arrendamiento. Esta estadística es especialmente alarmante en el sector más joven, que va de los 18 a los 24 años. En este grupo, la preferencia por la compra crece de un 36% en 2017 hasta un 43% el año siguiente. Este factor se explica, primero por la falta de capacidad de negociación del precio con el propietario del alquiler y segundo por la concepción de que la vivienda es una mejor herencia para los hijos.
Aquellos que se decantan por el alquiler, lo hacen principalmente por las dificultades que se encuentran a la hora de afrontar el pago de una vivienda. Con unos precios tan elevados, la opción de alquilar ha dejado de ser algo voluntario para ser en muchos casos la única alternativa. Además, con la vivienda protegida registrando mínimos históricos, al mercado del alquiler se le suman todavía más demandantes. Para corregir los altos precios y el problema de acceso a la vivienda es necesario que en España se aumente la oferta de viviendas en alquiler y el parque de VPO.
